En este tiempo Pascual, resuena más vivamente la resurrección del Señor: “Él ha vencido la muerte, y Su Resurrección es un gran signo que nos hace estar de parte de la vida, lo que significa creer en la vida, esperar en la vida, cuidar la vida, estar a favor de la vida, colaborar con la vida y hacernos responsables entonces de la vida”.

“Hermanos y hermanas, en Chile, en nuestra Provincia y en Osorno, estamos pasando por un periodo muy malo de la pandemia, y por lo mismo, quisiera hacer un llamado a que todos tomemos conciencia de la gravedad de esta situación. Creo que a todos se nos pasó por la mente que la pandemia ya estaba prácticamente terminando, al comienzo de este año, y hemos visto que ha pasado todo lo contrario; estamos viviendo el peor momento: los números de contagios y positividad son los más altos desde el comienzo de ella. Por eso, todos y todas, somos llamados a tomar conciencia, a colaborar y a ser responsables, tanto en el autocuidado como en el cuidado de los demás, para salir pronto de esta situación”, añadió el obispo Jorge.

“Sin duda la vacuna es una buena noticia y por eso tenemos confianza en su efecto positivo en cada persona y en la población; la vacuna es una parte importantísima; por eso nosotros estamos bien ´matriculados´ con ella y queremos el éxito del proceso de vacunación, por eso hemos puesto nuestros templos a disposición de este proceso, pero claramente no lo es todo: la otra parte es el autocuidado. Si hay real necesidad de salir, cuidémonos y respetemos lo que corresponde: usemos la mascarilla, no estemos tan cerca unos de otros, lavémonos las manos con frecuencia. Así colaboramos con la vida y con el cuidado de la salud”, agregó.

El obispo señaló que “Cristo nos insta a proteger la vida, a acrecentar la esperanza y a ser solidarios siempre, más aún en este tiempo difícil que estamos viviendo; para la superación se necesita la colaboración de todos. Pidámosle al Señor, con perseverancia y mucha confianza, que nos ayude a salir de este mal, también que nos ayude a enderezar nuestros entuertos, a enmendar los errores y faltas que hemos cometido, que nos ayude a recapacitar, a cambiar y a ser responsables unos por otros”.

“Necesitamos demostrar nuestra fe con compromisos muy reales: estar en favor de la vida, de la salud y ser solidarios unos con otros. Que el Señor Resucitado nos siga animando, fortaleciendo, y podamos abrir nuestra mente, nuestro corazón y todas nuestras capacidades para acoger su llamado a la vida, a la esperanza y a la solidaridad”, finalizó.