El festejo se inició con el sonar de la campana que anunció la entrada del Pastor de la Iglesia local, junto al Vicario General, padre Mauricio Cárdenas Aguilar; el padre Juan Aros Fica, párroco de la comunidad dedicada a la Reina de Los Mártires y el padre Patricio Sánchez Sánchez, encargado de la Pastoral Juvenil diocesana, además de los diáconos: Víctor Correa Barría y Carlos Barría Licandeo, en tanto que el coro y la asamblea acompañaron la procesión de los consagrados con el canto y la alegría de festejar esta sencilla y hermosa eucaristía.

Después de la lectura del Santo Evangelio (Mt 9, 9-13), monseñor Jorge señaló que la fiesta de San Mateo no es tan celebrada como correspondería, y explicó que el mismo obispo Francisco Valdés, reconocía que es un poco olvidado de entre los apóstoles, “y ciertamente podría celebrarse mejor, con más expresiones por que es uno de los apóstoles, porque es uno de los evangelistas y porque su testimonio como discípulo de Jesús, también es muy atrayente”.

Es admirable la conversión de Mateo, añadió “y por lo mismo nos cuestiona. Uno puede preguntarse ¿qué pienso o qué siento yo frente a este hombre que fue un discípulo? Primero fue uno que conoció a Jesús solamente con distancia, y luego cuando tiene la oportunidad de conocerlo mejor, dejó de ser uno lejano, y se entregó por entero a Jesús”.

“La primera característica fuerte que yo quisiera hacer notar en San Mateo, es su respuesta inmediata y firme de seguimiento al Señor. Cuando Jesús le dijo ´sígueme´, Leví o Mateo se levantó y lo siguió. Simplemente dice eso el Evangelio. Dejó todo, dejó sus negocios porque él era un recaudador de impuestos, dicen los estudios acerca de él, pero era más todavía, quizás era un cambista, uno que prestaba dinero, uno que cobraba impuesto por los préstamos. Tenía mala fama, y sin embargo Jesús lo miró y fue a cenar a su casa, y ahí se produce el encuentro definitivo de Mateo con el Señor”, agregó el obispo.

También destacó que del Evangelio de San Mateo, siempre vienen a la memoria el hecho de que “los paganos son presentados en forma positiva: la Mujer Pagana (Mt 15, 21-28), el Sermón de la Montaña (Mt 5, 1-12) ¿Quién no ha leído alguna vez, y quién no se ha sentido golpeado, impactado con estas palabras de Jesús de las Bienaventuranzas?, está la famosa parábola de la Perla Preciosa y del Tesoro escondido (Mt 13, 44-46) por el cual el hombre que la encuentra vende todo, lo deja todo para quedarse con la perla preciosa, con el campo donde estaba el tesoro. Está además el famoso texto del juicio final (Mt 25, 31- 46)”.

“Tenemos un gran Patrón. Nuestro patrono que es un evangelista, un apóstol, un discípulo ejemplar que muere mártir por seguir a Jesús, y de quien tenemos mucho que aprender, y mucho que acoger de su testimonio, para que nosotros también intentemos hacer nuestra parte en nuestro tiempo y aquí”, aseguró monseñor Jorge Concha.

Históricamente, la dedicación de la Diócesis de Osorno a San Mateo Apóstol, la realizó “el obispo Antonio de San Miguel de la Imperial en el año 1560 más o menos. Es una de las misiones antiguas de nuestro país, en la primera fundación de Osorno. Y sé que la intensión que tenía el obispo era que estos lugares nuevos, lugares de extremo en ese entonces, fueran cimentados sobre los apóstoles y la Virgen María, fundamentos de nuestra fe”.