Entrevistas


Carolina Salgado: “La Oración Salvó mi Vida”

Viernes 05 de Abril, 2019

“Mi diagnóstico era gravísimo, porque no tenía posibilidades de vida. Aún con el coma inducido, con todos los músculos dormidos, sin que mi cuerpo trabajara, yo hacía crisis de asma. En cualquier momento me podía morir”

Vengan a mi todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré” (Mt  11, 28), es la promesa que hace el Señor y los creyentes confiados, unidos en una sola súplica, pidieron a Dios por la salud de Carolina Salgado Martínez, perteneciente a los Siervos de Jesús de la Caridad Laicos, que aquejada de un cuadro asmático crónico, complicado seriamente por una neumonía, una infección y una bacteria la llevaron hasta el límite de sus fuerzas, dejándola en coma inducido, con diagnóstico “gravísimo”, en el Hospital de Puerto Montt.

Para el mundo cristiano la oración es el encuentro directo, personal y comunitario con Dios, es la profundidad absoluta del diálogo sincero, sencillo y confiado entre los hijos e hijas con el Padre, con el Creador que conoce las alegrías y aflicciones que están en el corazón de su Pueblo que lo llama con fe, con insistencia, con fuerza, especialmente en momentos de dificultad y Él, tal como lo prometió (Jr 29, 12) acude con su ayuda ante dicho llamado.

En la Sagrada Escritura, en innumerables pasajes, profetas y apóstoles nos hablan de la importancia y el poder de la oración, de lo indispensable que es para el fortalecimiento de nuestra cercanía con Dios, de nuestra fe y humanidad en todos los ambientes donde desarrollamos nuestras vidas. 

Más aún, el mismo Jesús nos enseña y nos insta con su propia vida en distintos momentos y a través de la parábola del “Juez y la Viuda” (Lc 18, 1ss), a ser perseverantes y constantes en la oración, este modo de encuentro, de comunión y comunicación con el Padre para darle gracias, para alabarlo, para pedirle, para compartirle nuestras alegrías y aflicciones. 

El Señor tiene integrada la oración en su vida y en su misión. A lo largo de la lectura del Nuevo Testamento encontramos numerosos pasajes que nos regalan la imagen de Jesús orando frecuentemente. Él busca los momentos y lugares para estar a solas en ese encuentro personal, de intimidad con el Padre, y de participación comunitaria en las sinagogas.

También nos enseña a orar los unos por los otros (Jn 17). Jesús oró por los suyos. Pidió a Dios por sus discípulos y por las generaciones siguientes que creerían en Él a través de la Verdad confiada a quienes Él envió. Hoy, hemos aprendido, aún en nuestras limitaciones, a reunirnos también en esa intimidad con el Padre, con el Hijo, con el Espíritu Santo y por supuesto, con nuestra Madre; María, para pedir por nosotros mismo y por nuestros hermanos y hermanas.

La Fuerza de la Oración fortalece la vida de los Hijos e Hijas de Dios

“Mucha, mucha gente oró por mí. Hubo personas que no van a misa o nunca rezan, pero por mí lo hicieron, y aquí estoy de pie nuevamente gracias a Dios que escuchó a esa porción del Pueblo que hizo oración por mi salud, cuando yo misma no podía”, expresó con emoción y alegría Carolina Salgado, mujer de 38 años, laica comprometida que pone al servicio de la Iglesia todos sus dones, y que medita y se detiene por un momento para responder ante la pregunta:

¿Cuánta gente pidió a Dios por ti?

Muchísima. Amistades de mi hermana, los Siervos Laicos que estamos por todo el mundo, las siervas de Jesús, las Carmelitas Descalzas, gente del comedor solidario la ollita, donde la gran mayoría son personas evangélicas, las Iglesias evangélica y Adventista también oraron por mí, personal del Hospital de Osorno, las voluntarias, los hermanos de Cursillo de Cristiandad, el movimiento Carismático, las hermanas Capuchinas Terciarias, los Amigonianos, en fin. Tanta gente que hizo cadenas de oración por mi salud.

¿Cuál era tu diagnóstico?

Mi diagnóstico era gravísimo, porque no tenía posibilidades de vida. Aún con el coma inducido, con todos los músculos dormidos, sin que mi cuerpo trabajara, yo hacía crisis de asma. En cualquier momento me podía morir.

Entonces ¿Qué probabilidades de vida tenías?  

Eran muy pocas las posibilidades de vivir, porque no dejaba de hacer crisis por mi asma. Y también mucha taquicardia, y aun con el coma inducido, desperté varias veces con el corazón que casi se me partía.

Carolina ¿y cómo es que se complicó tanto tu salud?

El 9 de diciembre de 2018 trabajé todo el día. Yo cuido a una persona adulta mayor y no tengo problemas con el levantarla o sostenerla, pero ese día la encontré tan pesada, pero no era ella, sino yo. Me sentía mal, estaba mal y no me daba cuenta”.

Al salir del turno me fui a mi casa, y comencé a sentir dolor en el pecho, y me fui al Hospital Base. Allí alcanzaron a tomar las saturaciones, tenía como 27, me pusieron oxígeno y me desmayé”.

¿Y Qué pasó?

Cuando desperté estaba en sala de reanimación. No supe de hora ni del tiempo. Me desvanecí varias veces, hasta que una semana después recobré la conciencia en el Hospital de Puerto Montt.

¿En el Hospital de Puerto Montt Dr. Eduardo Schütz Schroeder, te provocaron el coma Inducido?

Sí, para salvarme la vida. En Osorno no pudieron porque era demasiado peligroso trasladarme con tubos y toda esa maquinaria que se requiere. Uno de mis pulmones estaba complicado con la neumonía y el otro, con la infección y la bacteria que, según fuera mi respiración más se adentraba en mi organismo, además de mis crisis y taquicardia. Estaba realmente complicada mi salud.

¿Cuánto tiempo estuviste en el Hospital?

Fue todo tan rápido. Me dieron de alta el 21 de diciembre.

¿Cómo te sientes hoy? ¿Qué piensas de esta cadena de oración que tanta gente hizo por ti?

La oración salvó mi vida. Hoy estoy aquí y sé que no es por mí, sino por la fuerza de la oración que hicieron tantas personas, y por mi fe.  Eso me levantó, mucha gente conmigo, pidiendo por mí, me devolvió la vida. Gracias a Dios Padre por mi vida y a mis hermanos y hermanas por su oración salvadora.

Estoy muy emocionada por tanta preocupación, por la muestra de cariño y lo que significó la unión de miles de personas en una sola plegaria. Estoy muy agradecida de toda la gente por su generosidad.

¿Qué les dice Hoy a esas personas que pidieron a Dios por ti?

Supe de estas cadenas de oración por unas amigas que me visitaron en el Hospital, y cuando llegué a casa reflexioné, y me dije: la oración es la conversación que la gente tuvo con Dios sobre mí. Soy una persona que pasé por sus vidas, a veces sin mucha importancia, pero ellos se acordaron y pidieron por mí. Y ahora quiero yo ofrecerles mi conversación con Dios por todos ellos.

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