Historia de las Parroquias


En 1577 comienza la construcción del primer templo de la ciudad, ubicado frente a la Plaza de Armas, donde se encuentra hoy. No obstante, fue destruido por el pueblo indígena en el año 1600.

Casi 200 años después, al reconstruirse la ciudad de Osorno en 1797, nuevamente es levantada y bendecida la Iglesia Mayor, ahora con un templo provisorio, en cuyo Altar se ubicó la imagen de San Mateo Apóstol, Patrono de Osorno. Este mismo año se inició la construcción de la nueva Parroquia y en 1807, bajo el gobierno de Juan Mackenna, fue bendecido el nuevo templo.

Sin embargo, en 1837 fue parcialmente destruida por un gran sismo, y el 11 de mayo de 1885, un incendio la redujo a cenizas. En 1888, nuevamente se iniciaron los trabajos de reconstrucción, pero en 1929 otro siniestro volvió a destruirla. El año 1931, es edificada una vez más la Parroquia San Mateo Apóstol, la cual fue azotada y gravemente dañada en su estructura, por el terremoto del año 1960, lo que obligó a su demolición total.

Dos años más tarde, el 1 de mayo de 1962, monseñor Francisco Valdés Subercaseaux bendijo la puesta de la primera piedra, que marcó el inicio de la nueva edificación del templo parroquial dedicado a San Mateo Apóstol, y el 24 de noviembre de 1977, aun cuando no contaba con la actual torre, el nuevo templo fue bendecido y consagrado.  Cinco años después, ya fallecido el primer Obispo de Osorno, el 3 de septiembre de 1982 se realizó la entrega a la comunidad del templo, en el estado que lo conocemos hoy.

Durante la última década del siglo pasado, se dio inicio al proyecto de terminación exterior del templo, con íconos en mosaico sobre los muros de la fachada principal. La iniciativa, apoyada por el entonces Obispo de Osorno, Monseñor Alejandro Goic, gracias al esfuerzo y la constancia del ex párroco de parroquia San Mateo Apóstol, padre Bernardo Werth y de toda la Iglesia diocesana, se llevaron a cabo diversas obras de mejoramiento y hermosamiento del templo.

Así, en septiembre de 2007, finalizaron los trabajos de instalación de vitrales, apostados en la entrada al templo, en su parte superior y el mismo año la empresa CODELCO, se hizo cargo del revestimiento con láminas de cobre sobre la Torre de la parroquia, como también el cambio de la techumbre en el mismo material.

En el año 2009, la parroquia San Mateo Apóstol de Osorno, recibió el Premio Obra Bicentenario. Esta nominación la realizaron las entidades vinculadas al área de la construcción y urbanismo de la zona y, respondiendo a los criterios de selección basados en el valor arquitectónico, infraestructura y espacio público- privado, el templo catedral “San Mateo” fue seleccionada como la obra que, en los últimos años, cambió la fisonomía de la ciudad de Osorno y con ello, la calidad de sus habitantes.


Al ser redescubierto Osorno en 1792, Tomás de Figueroa Caravaca tomó posesión de las ruinas de la antigua ciudad. Casi un año después se efectuó en las riberas del río Rahue (Las Canoas) una junta general de autoridades indígenas y españolas, entre las cuales se encontraban algunos religiosos franciscanos.

Allí se firmó el Tratado de las Canoas que permitió establecer misiones en los dominios de los caciques de Osorno. Los franciscanos iniciaron la evangelización de la población indígena, y pronto fundaron las misiones de Coyuco y Quilacahuín, desde donde atendieron Osorno y sus alrededores.

La repoblación de la ciudad se hizo efectiva el 13 de enero de 1796 por el Gobernador don Ambrosio O´Higgins con 600 personas entre civiles y militares. Ese mismo año fue bendecida la primera piedra de la nueva iglesia parroquial de Osorno. La correspondiente labor pastoral la mantuvieron los franciscanos hasta la época de la Independencia.

En 1844 llegó un nuevo grupo de frailes, con quienes se proyectó la fundación de un convento. El municipio aceptó su construcción y el 6 de mayo donó los terrenos necesarios. El convento tomó el título de “Inmaculada Concepción”.

Sin embargo, el 14 de diciembre de 1896 el convento y la iglesia se incendiaron. Con ello desaparecieron el seminario, la biblioteca, los archivos y libros de crónicas. Con mucho esfuerzo se llevó a cabo la reconstrucción. En 1910, comenzó la construcción de una grande y hermosa iglesia que se inauguró el 14 de diciembre de 1918.
En agosto de 1943 otro incendio destruyó todo nuevamente y cuatro meses más tarde también fue devastado el Seminario Menor Franciscano, donde 15 jóvenes perdieron la vida. Con ayuda del Gobierno se volvió a construir el convento, dos módulos de concreto de 3 pisos. Luego se inició la construcción del templo actual.
La Parroquia San Francisco de Asís, fue creada el 14 de mayo de 1967.

Desde sus inicios, ha sido atendida por la comunidad franciscana hasta el año 2013, cuando fue suprimida como parroquia, quedando sujeta a la parroquia San Mateo Apóstol, donde se encuentran los libros de este histórico templo.


En el año 1949, un decreto firmado por monseñor Francisco Valdés Subercaseaux, estableció la construcción de una vice-parroquia en la Población Angulo, ya que, por aquellos años, en este sector se contaba solamente con un Centro de Señoras de Acción Católica, con sede en la antigua Escuela San Antonio que mantenían los Padre Franciscanos en calle Pinto esquina Angulo.

Las dos misas dominicales atraían bastantes fieles y cada sábado unos 250 niños asistían a la catequesis. La Acción Católica constaba de unos 200 miembros, en tanto se entregaron 1500 volantes que contenían “informaciones de la Capilla del Carmen”. En el año 1957, se dispuso que la Congregación del Verbo Divino se hiciera cargo de la parroquia.

En 1958 se puso la primera piedra del templo parroquial dedicado a la Virgen del Carmen, y pese a que el actual terreno de la parroquia fue una donación, la carencia de recursos solo permitió que seis años después, en 1964, se pudiera finalizar la obra gruesa del templo, y su totalidad en 1971.

La Parroquia Nuestra Señora del Carmen, fue administrada por los misioneros del Verbo Divino hasta el año 2008, cuando dicha Congregación entregó la Parroquia Nuestra Señora del Carmen al clero diocesano.



En el año 1956 se inició la construcción de la infraestructura de la capilla dedicada al Sagrado Corazón, gracias a diversas donaciones y la generosidad de los vecinos, y 9 años después, el 20 de agosto de 1965, Mons. Francisco Valdés Subercaseaux erigió la parroquia Sagrado Corazón, cuya jurisdicción abarcaba un extenso terreno rural: Por el norte llegaba hasta San Pablo, las cercanías de Puyehue por el este y cerca de Puerto Octay por el sur.

También designó al primer párroco, padre Juan Schurmann, sacerdote diocesano holandés venido de Alemania, quien empezó a vivir en el sector de Chuyaca en una casa ubicada al lado de la capilla Santa Rosa. Desde allí inició la labor pastoral en su sector que se poblaba día a día.

Con la construcción de la Casa Parroquial, a la que ayudaron con la mano de obra los vecinos del lugar, el padre incentivó el trabajo de autoconstrucción de viviendas, y así nacieron las poblaciones El Esfuerzo 1 y 2.

En 1976 se colocó la primera piedra de la Aldea Juvenil de la Fundación Cristo Joven. Durante los años 1970 y 1990 la parroquia intensificó su labor en los campamentos: comedor infantil con 300 niños, grupos de ayuda social, talleres de tejidos a telar para las mujeres, talleres de mueblerías y trabajos artesanales para varones y otras actividades. De esta labor nacieron los primeros grupos de trabajo de la Población San Maximiliano Kolbe, guiados por los sacerdotes Pedro Kliegel y Vicente Gottschlk.


El 8 de octubre de 1979, se inició el trabajo de autoconstrucción de viviendas para 421 familias del sector que hoy es la Población San Maximiliano Kolbe, y en 1987 comenzó la edificación del templo.

El 30 de enero de 1988, el Obispo de la época Monseñor Miguel Caviedes Medina bendijo dicha población, construida en una propiedad de la Parroquia del Sagrado Corazón, que en aquel tiempo estaba bajo la guía de los sacerdotes Pedro Kliegel y Vicente Gottchaok.

En agosto de 1990, fue erigida en cuasi-parroquia, y el 7 de octubre del mismo año, fue bendecido el templo bajo la advocación Reina de los Mártires. El 6 de junio de 1993, el mismo Obispo elevó la cuasi-parroquia a la categoría de Parroquia.

Por asuntos pastorales, y a petición de las parroquias vecinas de San Pablo; Cancura y Entre Lagos, el Obispado encargó a la nueva parroquia los sectores rurales de Junquillar, La Florida, Las Lumas, Mulpulmo, Pelleco y Polloico. En todos estos lugares hubo que construir con la ayuda de los feligreses capillas y lugares de culto.

En 1996, el párroco de San Pablo solicitó que el Padre Vicente se hiciera cargo de atender la comunidad de La Poza y pidió la construcción de una capilla, la actual “María, Madre de las Américas”. En 1997 se levantó una capilla en el sector de los Mielíes. Ese mismo año fue edificada la capilla de Remehue, bajo el título de “Padre Hurtado, Constructor de la Solidaridad”.

En la actualidad la parroquia atiende las comunidades que se ubican en Remehue, La Florida, Los Melíes, Las Ruedas, Polloico, Junquillar, Mulpulmo, Las Lumas, Pelleco Bajo, Puñadi, Pelleco Alto, Barro Blanco y Los Negros.



Mientras era creada la Parroquia Sagrado Corazón, se expandía grandemente la construcción de nuevas poblaciones en el sector sur oeste de la ciudad. Eran casas de Serviu que en varias etapas dieron forma a la población Bernardo O´Higgins que, de acuerdo con su ubicación, pertenecía a la Parroquia San Francisco. Sin embargo, los pobladores para mayor facilidad se contactaban con la Parroquia Sagrado Corazón.

Con la autorización de los padres de San Francisco, el año 1979 se inició una labor pastoral sistemática en esta nueva población. Se celebró la Eucaristía los sábados en una casa particular. Pero la asistencia limitada de fieles frustró el deseo de muchas personas ansiosas de participar em el servicio religioso.

En esos años, la Municipalidad de Osorno cedió un amplio terreno, para la construcción de una sede y posteriormente el templo parroquial. En viernes Santo de 1980, desde la Parroquia Sagrado Corazón los feligreses fueron en procesión con la cruz, para plantarla en medio del terreno, donde se inició la construcción de la capilla.

En el sector de Chuyaca, la capilla Santa Rosa estaba por derrumbarse, y con la autorización del Obispado fue trasladada la imagen de la santa hacia el nuevo templo, donde rápidamente se estableció la devoción a Santa Rosa, y con ello la formación de una entusiasta comunidad y una explosiva labor pastoral.

Veinte años después, el 7 de marzo de 2001, se erigió la Parroquia con la advocación de Juan XXIII. Pero la fe a la Santa peruana hundió sus raíces profundas y finalmente el Obispado cambió el nombre del templo por Santa Rosa de Lima, el 30 de junio de 2005.


El año 1918 fue inaugurado en Rahue un templo en honor a la Virgen de Lourdes. A principios de 1930, el Obispo Guido Beck de Ramberga convirtió ese templo en sede de una vice-parroquia. A fines de 1936, el Obispo Teodoro Eugenín pidió a la Congregación del Verbo Divino que se hiciera cargo del sector, que desde entonces el templo fue erigido en Parroquia.

El primer párroco, padre Roberto Dannich, realizó importantes mejoramientos en la infraestructura interior y exterior del templo parroquial.  Ya en 1951, la parroquia se había hecho estrecha para atender a los 20 mil vecinos de Rahue, y el 1960 nació la idea de edificar un templo más espacioso, sin embargo, dicho proyecto solo comenzó a tomar fuerza en 1980, y La Dirección General del Verbo Divino en Roma, aportó con 100 mil marcos alemanes.

El desarrollo poblacional, especialmente en el sector de Rahue Alto, avanza rápidamente y el Obispado y la Congregación del Verbo Divino proyectan la formación de una Parroquia. Es necesario cubrir las necesidades espirituales de gente modesta, proveniente de campamentos y matrimonios jóvenes que han llegado a vivir en la parte alta de la otra orilla del río.


La parroquia San Leopoldo Mandic fue fundada el 8 de diciembre de 1986, y Monseñor Miguel Caviedes, visualizando el movimiento de emigración campo-ciudad en el sector de Rahue Alto, nombró al padre Remo Pistrín como primer párroco.

Así el sacerdote, perteneciente a la Congregación de los Hermanos Capuchinos, con aportes económicos que recibía de Bélgica, Holanda, Alemania y otros países, amplió la Parroquia del sector, y edificó la casa parroquial y la casa pastoral. También levantó 3 capillas: una dedicada a Nuestra Señora de Fátima, otra a Santa Teresa de Los Andes y la última a Jesús Misericordioso.

En el año 2008 fue posible descubrir los problemas mayores que presentaban los vecinos del sector: la pobreza, el alcoholismo, la cesantía y la drogadicción. Esto mismo se manifiesta en la falta de participación, por lo que la evangelización es imperiosa y necesaria, sin embargo la situación paulatinamente fue mejorando, por lo que el barrio fue definido como “tierra de misión”.


Desde la década de 1960 existió una comunidad cristiana en la población Guillermo Francke, formada por gente sencilla y comprometida. Con los años, dicha comunidad expuso a monseñor Francisco Valdés, la necesidad de una capilla en el sector. El Obispo, como primera medida, envió algunos sacerdotes para celebrar la Eucaristía en la casa de una vecina o en un galpón, mientras se juntaban los recursos.

Finalmente se compró un sitio con una casa donde funcionó la comunidad con varios grupos y un comedor infantil, sin dejar de trabajar y apoyados por las religiosas franciscanas, los fieles se propusieron en 1979 la creación de una parroquia.

En 1977 y 1980 se solicitó autorización a la Municipalidad para efectuar una colecta en la ciudad, y con la recaudación se compraron materiales de construcción, mientras que el padre Roberto Koll, párroco de San Mateo en ese entonces, colaboró en la supervisión de la compra de materiales y los posteriores trabajos, hasta concluirlos.
Así, el 21 de septiembre de 1980, el Obispo comunicó la bendición de la Parroquia San José de Francke y nombró primer párroco al Presbítero Enrique Hernández Flores y como vicario al sacerdote jesuita Donald Wold. La parroquia San José fue el último templo erigido bajo la administración de Monseñor Francisco Valdés.
Esta parroquia cuenta con dos capillas: San Alberto Hurtado y San Ignacio, además de la comunidad rural de Curitoro.


La historia de esta parroquia comienza con la llegada del Padre Lázaro Effinier, sacerdote capuchino belga, en 1962. Para iniciar su labor apostólica gestionó la compra de una casa donde había funcionado hasta entonces la oficina de la Corporación de la Vivienda (CORVI). Allí, presidió la primera eucaristía el 23 de diciembre de ese año, también para Navidad y Año Nuevo.

Pronto, el 29 de agosto de 1964, el obispo Monseñor Francisco Valdés firmó el decreto de fundación de la Parroquia Jesús Obrero, de Rahue Alto. En el mismo documento nombró párroco al Padre Lázaro Effinier y el 27 de diciembre de ese año, bendijo la primera capilla.

El 20 de enero de 1966 se obtuvo la escritura del terreno para la construcción del templo parroquial. Ese mismo año llegó el Padre Remo Pastrín, quien inició un trabajo misionero con los jóvenes fundando los centros juveniles. Más tarde organizó un grupo de scout y la dirección de la catequesis familiar. También surgieron grupos denominados “Cruzadas Eucarísticas”.

Con el tiempo surgieron nuevas poblaciones y se hizo necesario construir más capillas. La Hermana Raquel Echeverría, consiguió entre sus familiares y amigos de Santiago, dineros y materiales para levantar la capilla San Pedro y San Pablo, terminada luego con aportes conseguidos por el Padre Remo.

Después, Gerardo Broeders, miembro de la Congregación de Hermanos Penitentes, y Eduardo van Unen, integrante de la Congregación de Hermanos de San José, ayudaron con el financiamiento de talleres de artesanía, un comedor parroquial para los pobres y el gasto material para la catequesis. También consiguieron terminar la sede parroquial, la Capilla Santa Clara, la casa y el templo parroquial actual.


Fue fundada el 25 de febrero de 1972 y su primer párroco fue el Padre Bernardo Werth. Sin embargo, existe un documento del 22 de noviembre de 1942, en el cual se da cuenta de la colocación de la primera piedra de un templo en honor al Sagrado Corazón de Jesús y de la Santísima Virgen del Pilar, Patrona del Ejército Descubridor de Osorno, cuya imagen donó la Colonia Española de la ciudad.

La vida parroquial de Ovejería incluye la celebración eucarística en 3 lugares: el templo principal dedicado a El Buen Pastor; luego la capilla Nuestra Señora del Rosario, en Ovejería Bajo, y el Asentamiento Baquedano, en el sector rural.

Los problemas sociales del sector, en el año 2008, son variados: existen muchas familias allegadas y dos focos de extrema pobreza: Caipulli y La trinchera. Aunque la Municipalidad de Osorno y Chile Barrio, ha realizado trabajos de erradicación, la gente nuevamente pobló ambos lugares.

De este modo, con el aumento de la población en Ovejería también crecieron notoriamente las necesidades espirituales de la gente, con lo que la parroquia respondió con la creación de la capilla Jesús de Nazaret en Ovejería Alto, la cual pudo ser edificada gracias al trabajo incansable y el aporte generoso de mucha gente.

Una de las celebraciones que ha tomado mucha fuerza en los últimos tiempos, es la de San Sebastián. En esos días asisten a misa miles de personas, con lo que es posible apalear un poco los costos pastorales de la parroquial y sus capillas.


La devoción a la Virgen de la Candelaria llegó a Osorno en 1794 cuando un grupo de personas vino a poblar la ciudad. Venían de lugares de Chile donde esta advocación mariana recibía una antigua veneración. Ese año se fundó la misión San Juan Capistrano de Coyunco, ubicada al norte de Osorno, donde se comenzó a celebrar la fiesta de la Purificación de Nuestra Señora de la Candelaria.

En 1851 se cerró la Misión y fue reabierta en 1858 en la orilla sur del río Rahue, con el nombre de Misión Rahue. Fue instalada en terrenos donados, y en 1941, la misión recibió una cesión de terreno y el cementerio de parte del presidente Pedro Aguirre Cerda. Así cada año los devotos se congregan en honor a la Virgen de la Candelaria en este lugar.

La primera iglesia fue construida por los frailes capuchinos italianos; Francisco Antonio de Cesena y el hermano Félix, y su consagración tuvo lugar el 2 de febrero de 1871.

Desde Misión Rahue se extendió la fiesta y devoción a la Candelaria en San Pablo en 1860, Remehue en 1888, Cancura en 1909, Riachuelo en 1910, Playa Maitén en 1910 y en la provincia de Osorno y Cerro Alegre, en la provincia de Valdivia.

El 11 de agosto de 1974, un incendio destruyó la centenaria iglesia y la imagen venerada. El entonces primer Obispo de Osorno, Monseñor Francisco Valdés Subercaseaux creó la nueva parroquia de Misión Cuínco y en Misión Rahue. Construyó una nueva iglesia, la cual bendijo en noviembre de 1977, entronizando una imagen de madera traído de un antiguo santuario capuchino de Baviera.

Después designa al lugar como Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria. Comienza así la nueva etapa pastoral de este santuario ubicado a 4,5 kilómetros de Osorno, de cuya historia y tradición cultural es uno de los hitos más importantes.


Debido al notable aumento de la población en el sector oeste de la ciudad de Osorno, y la necesidad de atender debidamente la espiritualidad de las nuevas familias de este sector, el 26 de diciembre del año 2007, fue creada la parroquia dedicada al Espíritu Santo, en Rahue Alto.

El 30 de marzo de 2010, la municipalidad de Osorno entregó en comodato el terreno, ubicado en intersección de las calles 12 de octubre, Madrid y Segovia, de la población V Centenario, con una superficie de 2002 metros cuadrados, para la construcción del templo parroquial.

Su primer párroco, perteneciente a la congregación del Verbo Divino, padre Arsenio Espíritu Venus asumió esta parroquia el mismo día de la creación del templo. La parroquia, cuenta con 5 centros pastorales, los que se establecen en la capilla Nuestra Señora de Czestochowa, de la V Centenario, Nuestra Señora de la Esperanza; de Alto Osorno, Santísima Trinidad de la población con el mismo nombre, Arnoldo Jansen de Lololhue y Unión y Futuro.
El sector donde se emplaza dicha parroquia, cuya sede aún no sido posible levantar en su estructura, está conformado de familias sencillas, de trabajo, sin recursos económicos muchas de ellas. El lugar sin duda es un sector que demanda una atención pastoral y social permanente y sistemática de manera de aunar esfuerzos para seguir construyendo el templo espiritual.


La parroquia San Bernardino de Quilacahuín nació del tratado de paz celebrado con los pueblos indígenas de la zona en el año 1793, y correspondió a los padres franciscanos el mérito de su fundación y la cristianización del sector.

Entre los años 1796 y 1849, la labor pastoral y evangelizadora estuvo a cargo de los franciscanos españoles, desde 1849 a 1896 trabajaron en la misión los capuchinos italianos, y desde fin del siglo XIX los capuchinos bávaros.

En la década de 1960, y en vista de las necesidades sociales urgentes de la zona, el párroco de entonces, Wilfredo Van Den Berg, propuso al Obispo Francisco Valdés que solicitara misioneros que se encargaran de la labor educacional y de salud en la misión.  Esta petición fue acogida por los Hermanos Penitentes de la Tercera Orden de San Francisco, quienes llegaron en 1964 a prestar sus servicios misioneros, pastorales y evangelizadores a la zona.


Esta parroquia fue fundada el 24 de mayo de 1805 y dedicada a San Juan Bautista y a la Virgen del Perpetuo Socorro. Está ubicada a 40 kilómetros al noreste de Osorno, en un sector cien por ciento rural, con una superficie de 1200 kilómetros cuadrados, y colinda con las parroquias San Bernardino de Quilacahuín y Cristo Resucitado de Cuínco.

La historia de esta parroquia tiene su origen en el tratado de paz de 1793, cuando surge una relación fraterna entre el pueblo indígena y la Iglesia. Por una parte, el cacique y los indígenas ofrecieron tierra, respeto y paz para que los misioneros pudiesen vivir tranquilos, mientras que los religiosos les entregaban los sacramentos, educación y salud.

Entre 1801 y 1848 asumieron esta misión los franciscanos españoles, entre 1849 y 1901, los capuchinos italianos, entre 1901 y 1960 los capuchinos alemanes y desde 1960 hasta hoy, los capuchinos holandeses.

La población actual está contemplada en 4.500 habitantes, de los cuales alrededor del 85% pertenece al pueblo Huilliche. Su situación socioeconómica generalizada, es muy precaria, muchos en la extrema pobreza.  Esta realidad conlleva por su puesto a la emigración hacia Osorno u otros lugares del país, por lo que muchos ancianos quedan solos y valiéndose por sí mismos.


En 1805 fue creada la misión de San Antonio de Padua en el lugar en el que hoy se encuentra el pueblo de San Pablo. Era atendida por misioneros franciscanos españoles, quienes se retiraron en los años de la independencia. En 1836 se estableció la atención pastoral.

En 1894 llegó Fray Pablo de Roio, quien estableció la Villa Tramahue en los terrenos de la misión, y a quien se le adjudica la fundación del actual pueblo de San Pablo. Existen antecedentes que fue el mismo religioso quien levantó en el lugar el primer templo en 1851.

La actual parroquia, dedicada a Nuestra Señora de la Candelaria fundada en 1938 y desde entonces, perteneció a la Gobernación Apostólica de Valdivia. En el pasado realizaron su misión en este lugar los misioneros españoles y capuchinos.

En el año 1991, un voraz incendio destruyó el templo y la casa parroquial, lo que marcó una nueva época. El mismo día, mientras se removían los escombros partió la campaña para recaudar fondos para la reconstrucción de la parroquia. Así en 1993, fue colocada la primera piedra, y hoy se levanta un imponente templo frente a la Plaza de Armas con capacidad para 500 personas.


El 8 de diciembre de 1909, el Obispo de Ancud, Monseñor Ramón Ángel Jara, bendijo el templo dedicado a los padres de la Madre de Jesús en Riachuelo, cuya población se estima en unas cinco mil personas.
Su primer párroco fue el padre Dionisio Reyes, quien se hizo cargo del extenso territorio parroquial, cuyas características son la pobreza, la cesantía y largas distancias. Las comunidades del campo están ubicadas entre 4 y 25 kilómetros de la villa, más aún; Caleta Huellelhue, se encuentra a 66 kilómetros, es un lugar con difícil acceso.

Las comunidades del campo celebran la eucaristía una vez al mes y se realizan esfuerzos para establecer el sentido de comunidad, debido a las mismas características del sector que dificulta el congregarse tanto en la villa como en los sectores rurales.

El trabajo pastoral fundamental es la misión permanente, las visitas a las familias y el fortalecimiento de los animadores de los distintos sectores de Riachuelo, además de las celebraciones eucarísticas de sus distintas capillas y comunidades.


La parroquia Cristo Resucitado fue fundada en 1975, y su nacimiento proviene de la Iglesia de la Candelaria en la Misión Rahue. La superficie parroquial de Cuínco es de 50 por 15 kilómetros y su población en un 90% es del pueblo Mapuche Huilliche.

Había una pequeña capilla con la advocación Buen Pastor, a la cual se adosaron dos torres. Con la donación de un predio, y la compra de un retazo de terreno, se construyó el nuevo templo en 1998, bajo la administración parroquial del padre Juan Jansen.

En 1994, asumió el padre Teóforo de Jeu, quien se encontró con una parroquia rural y una población donde se vivía mucha pobreza y cesantía. 

Bajo la jurisdicción parroquial está la misión evangelizadora en otros templos, en Puacho, Bahía Mansa y Maicolpué, atendidos únicamente en verano. También Hullinco cuenta con su templo y además se trabaja en Forrahue, Coihuería, Los Hualles, Loma de la Piedra, Bellavista, Pucomo, La Cumbre, Monte Verde, Lincura y Popoén.


Don Tomás Burgos Sotomayor fundó en 1911, el actual Purranque, que en ese primer momento se llamó Villa Lo Burgos, ubicada junto a la estación de ferrocarril Purranque, y su población alcanzaba las 80 personas. De manera esporádica había celebración eucarística en el lugar.

En ese tiempo, por el año 1920, el párroco de Río Negro, Padre Julio Silva, instaba a los fieles a levantar una capilla. Dos años más tarde, el 5 de mayo de 1922 fue colocada la primera piedra del templo San Sebastián. La construcción fue iniciada a fines de 1923 y terminada en 1927, para ser bendecida el 23 de diciembre de ese año por el Obispo Monseñor Guido Beck de Ramberga.

En 1938, se inicia la celebración eucarística dominical, y un año después llegaron los Misioneros del Verbo Divino para tomar posesión de la Parroquia y atender las necesidades espirituales y pastorales del pueblo.

En 1944 la Iglesia de Purranque estaba organizada con 4 ramas de la Acción Católica, y la asistencia a misa era aproximadamente de 200 personas en un pueblo de 2000 habitantes. En 1945 se bendijo la primera piedra de la nueva casa parroquial inaugurada inicialmente el 25 de septiembre del mismo año.

Los sacerdotes de la Congregación del Verbo Divino se retiraron de Purranque y asumieron los padres de la Preciosa Sangre. En 1949, el Obispo, Monseñor Arturo Mery celebró la Eucaristía y creó la nueva parroquia presentando al Padre Ambrosio Lengerich como primer párroco, y bendijo también la nueva casa parroquial.

El terremoto del 22 de mayo de 1960 obligó al sacerdote y a sus colaboradores a echar mano a sus herramientas y reconstruir la infraestructura parroquial. A partir de 1966, la parroquia dedicada a San Sebastián comenzó a vivir un proceso de extensión urbana de la población, y un trabajo pastoral dirigido a reafirmar el compromiso y la responsabilidad en la acción misionera de la Iglesia local.

Esta comunidad, vuelve sin embargo a sufrir devastadoras consecuencias, ahora debido a un gran incendio. El 7 de febrero del año 2016, nuevamente el templo queda totalmente dañado, y hay necesidad de una nueva reconstrucción, la cual es asumida rápidamente por los sacerdotes de la preciosa Sangre y los fieles que comienzan a trabajar y a golpear puertas para levantar lo antes posible la parroquia dedicada a San Sebastián.

Los trabajos de la edificación se comienzan a realizar un año después, y el 20 de enero de 2019 en una ceremonia simbólica, es puesta y bendecida la primera piedra por el Administrador Apostólico de la Diócesis de Osorno, Obispo Jorge Concha Cayuqueo.
Los fieles y devotos del Santo Patrono, continúan trabajando y solicitando apoyo para terminar el 35% del templo que aún falta por levantar.


La historia de la parroquia San Agustín de Puerto Octay se remonta a inicios de la primera década de 1900.  Esta comuna, ubicada en la ribera norte del lago Llanquihue, constituye uno de tantos poblados que se establecieron en el sur de Chile gracias al proceso de colonización alemana, a partir de 1850.

Es así como se inició un proceso continuo de inmigración a este sector, y se extendió aproximadamente hasta el año 1855.

En 1859, llegaron a Puerto Montt los primeros Misioneros de la compañía de Jesús, quienes asistían espiritualmente a los colonos gracias a la realización de misiones que se efectuaban dos o tres veces al año. Así fueron creándose los primeros lugares de culto y oración de la nueva colonia.

La primera capilla que se levantó fue la de Playa Maitén, en honor de San José el año 1869. El profesor Nicolas Mayewski recibió permiso para construirla el 15 de abril de 1867 y fue bendecida en marzo de 1869.

Más tardes se construyeron las capillas de Quilanto en 1866 en honor a la Asunción; San Alfonso arenales 1891, y posteriormente en Puerto Octay la dedicada a San Agustín en 1896. Desde 1902 ya existía una capilla en el volcán y en 1905, se levantó la capilla de Los Bajo, con su patrona Santa Rosa.

Todas estas capillas dependieron de la parroquia de Puerto Montt hasta el 1 de enero de 1984, y de la vice parroquia de Puerto Varas desde ese año hasta el 1 de mayo de 1904.

La Parroquia de Puerto Octay fue creada el 19 de marzo de 1904, fecha en la que el Obispo de Ancud, Monseñor Ramon Ángel Jara, dispuso su creación y se le asignó como patrono a San Agustín, Obispo de Hipona.
El primer Párroco fue el Padre Juan Evangelista Mellwig Hanrad, Sacerdote Jesuita, conocedor de la zona y quien había iniciado su labor misionera en 1885.

El 23 de marzo de 1907, la comunidad católica de Octay debió lamentar el incendio intencional de su Iglesia Parroquial y de la casa habitación del cura. Sin embargo, gracias al esfuerzo del párroco, se iniciaron las gestiones para levantar un nuevo templo, con el apoyo de la comunidad local, de Puerto Varas y Puerto Montt.

En menos de dos años fue posible edificar la nueva parroquia, y fue bendecido el 25 de marzo de 1908 por Monseñor Augusto Klinke. Junto a la creación del nuevo templo y casa parroquial, el sacerdote trabajó en la construcción de una escuela con internado para niños y un externado para niñas dirigido por las Hermanas de la Inmaculada Concepción. También impulsó la creación de un hospital atendido por las misioneras de la misma congregación.

Hoy en día las comunidades de atención sacerdotal son: Aguas Buenas, Rio Blanco, Chapuco y Puerto Fonck. Las Capillas dependientes de la parroquia San Agustín son las siguientes, de acuerdo con el orden de construcción: San José en Playa Maitén 1869, La Anunciación en Quilanto 1890, San Alfonso hoy cascada 1891, El Salvador Puerto Fonck 1902, Guadalupe Calo-Volcán 1970, Juan XXIII La Picada 1975, San José Las Cascadas 1977 y Santa María del Camino Nochaco 2000.


Hablar de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Entre Lagos es remontarse a 1940. Los padres del Verbo Divino, responsables del sector, vislumbraron el crecimiento poblacional y la necesidad de la atención espiritual y pastoral de los fieles, y el 8 de enero de 1950 fue bendecida y puesta la primera piedra del futuro templo.

El 16 de diciembre de 1951, el Obispo Arturo Mery Beckdorf bendijo el nuevo templo dedicado a la Virgen de Fátima. En 1954 el párroco de aquel entonces manifestó que Entre Lagos necesitaba contar con una parroquia Independiente, por la extensión territorial, el funcionamiento de unas 20 escuelas, y dos grandes campamentos de obreros de la fábrica Somasur.

La Misión de Entre Lagos fue erigida parroquia el 11 de febrero de 1957. Fue la primera que creó el Obispo Francisco Valdés en la Diócesis. El primer párroco fue el padre León Mayer. En 1960 el devastador sismo del 22 de mayo que sembró pánico, terror y destrucción en la provincia del sur de Chile, destruyó la parroquia. No obstante, los trabajos de reconstrucción comenzaron rápidamente y al año siguiente ya estaba nuevamente construida.

Con el tiempo, la parroquia es dada a conocer como “parroquia turística”, lo que invita a viajeros a visitar el lugar y se comienza a celebrar la Eucaristía en Puntilla Ñilque, en el Hotel Termas de Puyehue y otros lugares del hermoso sector.

También con la propia gente de la parroquia se realizan misiones junto a jóvenes que vienen de otros puntos del país, especialmente de Santiago.


En sus inicios, alrededor del año 1900, la villa Cancura fue un lugar de paso obligado para aquellos que se dirigían a las ciudades principales de la Región, especialmente Osorno y Puerto Montt. Esto produjo un asentamiento de 6 u 8 familias y la construcción de servicios como hospedaje para descansar y algunos almacenes.

Esta comunidad, que fue creciendo paulatinamente, era atendida por sacerdotes de Osorno, y viendo esta realidad el Obispo de Ancud, Monseñor Ramón Ángel Jara, fundó la Parroquia san Juan Nepomuceno de Cancura, el 24 de abril de 1909.

Así mismo, la autoridad eclesiástica dispuso que este nuevo templo atendiera: Rupanco, Las Gaviotas, y los sectores aledaños del Lago Rupanco: Rupanquito, Pichidama, Pichil y Chancán, entre otros.

Debido al crecimiento poblacional y la gran jurisdicción parroquial, la parroquia San Juan Nepomuceno atiende 10 comunidades, tres de ellas en lugares de culto establecido: el templo parroquial, capilla Santa Teresa de Los Andes en Tacamó y capilla Cristo Rey de Pichil.

También a cuatro grupos espirituales que funcionan en recintos escolares: Colegio Santa Fe de Rupanquito, Colegio Emilio Surbe de Las Quemas, Colegio Javiera Carrera en Central Pichidamas y Colegio Santa Rosa, y otras tres comunidades que funcionan en las sedes sociales de San Martín: Las Quemas, Tacamó Alto y El Inca.


La Parroquia San Pedro Apóstol de Rupanco, se sitúa en una superficie de 47 mil hectáreas, a 40 kilómetros de Osorno y puntualmente en la Administración de la Hacienda Ñuble Rupanco. Fue oficialmente creada el 21 de septiembre de 1970 por Monseñor Francisco Valdés Subercaseaux.

No obstante lo anterior, la historia señala que la estructura de la iglesia se remonta a los años 1923 - 1926, en terrenos de la hacienda, y construida por sus propios trabajadores. A petición de los administradores fue designado para acompañar a las comunidades el sacerdote Leonardo Reiter, quien viajaba desde Cancura para celebrar la Eucaristía, ya que toda la Administración y Las Juntas dependían de la parroquia San Juan Nepomuceno, la que a su vez pertenecía entonces a la diócesis de Valdivia.

La iglesia comienza a organizarse y entrega los primeros sacramentos el 8 de diciembre de 1928. A partir del despertar parroquial se inició un rápido crecimiento en todos los ámbitos: la construcción del salón parroquial, inicio de las celebraciones eucarísticas todos los domingos, multiplicación de la vida sacramental en las diversas comunidades. Se implementó la Oficina Parroquial, se organizó la pastoral sacramental, entre otros surgió el Ministerio de la Música, además de grupos, movimientos y comunidades vinculados a los nuevos catequistas y se consolidaron los Consejos Pastorales y Económicos.
El 10 de febrero de 1997, las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, se instalan en Rupanco para realizar su labor evangelizadora y pastoral, lo cual también llevan a cabo en Cancura y sus 12 comunidades rurales.
Esta comunidad parroquial se enfrenta a la pobreza, a causa de la falta de fuentes de trabajo, el alcoholismo y la violencia intrafamiliar. Existen algunas unidades educacionales que imparten solo enseñanza básica. Los jóvenes deben continuar sus estudios de enseñanza media en Puerto Octay o en Osorno.
La población parroquial actual tiene centros importantes de reunión y organización, tales como la capilla Nuestra Señora de Lourdes, en Las Juntas, Nuestra Señora del Rosario de Pellinada, y la capilla de Nuestra Señora del Tránsito en Piedras Negras. Otros lugares de celebraciones, aunque sin capilla, son los de San Ramon, Las Nieves, Islote, El Cabrito, Los Maitenes, Rio Blanco, Gaviotas y Escuela Básica Laguna Bonita.

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