“Hoy estamos reunidos en este templo Catedral para agradecer al Señor por este año que hemos vivido. Nos hace tanto bien ser agradecidos de Dios por todo lo que Él nos da, y hoy lo reconocemos como el Señor de la historia y del tiempo, así lo manifiesta el Evangelio de hoy” (Jn 1, 1-18), señaló el Administrador Apostólico de Osorno al iniciar su homilía.

“Nosotros tenemos mediciones del tiempo: meses, semanas, que son guiados por la luna, el sol, los astros, necesitamos medirlo, pero el Señor es el tiempo y todo tiempo es de Él, así como la historia también lo es”, continuó el Pastor de la Iglesia local.

“Y le pedimos que se manifieste en la capacidad de grandeza que todos tenemos. Tantas veces hacemos cosas muy malas, nos equivocamos, cometemos pecados, nos perdemos, pero somos capaces también como seres humanos, de hacer cosas grandes, buenas, nobles, justas, cosas que le agradan a Dios”, aseveró e invitó a no quedarse con lo negativo porque hay muchas cosas positivas también que es bueno destacar.

“Invoquemos a Dios para que lo mejor del ser humano se haga camino siempre y Él también con su gracia, pueda enderezar los caminos torcidos que nosotros podamos adoptar, que ilumine, le de luz a nuestras tinieblas, y nos lleve por el mejor rumbo”, añadió.

Resaltó también que ser agradecidos, en todos los tiempos, es algo muy positivo “y yo quiero también invitarlos a dar gracias por este año que estamos terminando porque el Señor nos ha mantenido en la fe, en la esperanza. Gracias porque Él sabe de los esfuerzos que ha habido por hacer mejor las cosas”.

“Gracias por el amor manifestado de tantas formas en nuestras vidas; el amor de la familia, el que recibimos de tantas personas y por todo lo bueno y lo justo que hay en todo el mundo, y por quienes hemos dado pasos para que se vayan concretizando”, agregó el obispo Jorge y  agradeció a Dios “por el sueño que hay de construir un mundo mejor y hacer que nuestro mundo y nuestro país, sea más justo, más solidario, más fraterno”.

“Yo le quiero agradecer al Señor por ustedes que están aquí hoy, porque representan a tantos hermanos y hermanas que en la diócesis les dan vida a las comunidades, a las capillas, a todos quienes quieren mostrar, de una u otra manera, el rostro misericordioso de Jesús”, enfatizó el obispo, y continuó su agradecimiento “porque representan en nuestra Iglesia particular a muchos catequistas que transmiten la fe, a niños, a jóvenes y adultos”.

“Hoy representamos a tantos hombres y mujeres que no están en estos momentos pero que a lo largo del año han tratado de vivir su fe con coherencia, con entusiasmo y compartiendo la alegría del Evangelio”, señaló, y dio gracias por el Papa Francisco “que en momentos muy difíciles ha podido animar y guiar nuestra Iglesia”.

“Y agradecemos a al Señor por muchos de nuestros ministros, sacerdotes, diáconos, consagrados. Por la vida religiosa, muy bien representada en las religiosas presentes, y que de una u otra forma cada una en su carisma, también tratan de vivir de un modo más radical el Evangelio y en comunión con la Iglesia”.

Finalmente dio gracias por la oración humilde, sencilla y silenciosa de muchas personas en las comunidades, en los templos y en distintos lugares y pidió a Dios que “en este tiempo que está comenzando, nuestra fe se fortalezca, se anime con su Gracia, sin la cual no podemos dar pasos, para entender las cosas que no comprendemos y nos de todos aquellos dones que vienen de su Espíritu”.