La misión se inició el 4 de enero pasado con la realización de proyectos solidarios, el embellecimiento de algunos lugares, visitas a las familias de distintos sectores, algunos talleres para niños de las comunidades, además de vivir instancias de oración, formación, jornadas recreativas, y de la celebración eucarística diaria.

Todo ello fue puesto en las manos de Dios en la Fiesta del Banquete Eucarístico, que presidió el obispo de la Diócesis de Osorno, Carlos Godoy Labraña en la Catedral San Mateo Apóstol, donde además del pan y el vino fue puesto ante el Altar del Señor, el kit misionero: un manual, una polera, y una cruz, donde “depositamos los sueños, proyectos y deseos de toda esta misión solidaria de verano”, leyó el guía de la Santa Misa.

Antes de la bendición final, el Pastor de la Iglesia osornina señaló que la Diócesis de Osorno también se encuentra en misión y en estos días un grupo de misioneros diocesanos misionaron en tres sectores de la capital provincial y “por supuesto que vivieron también una experiencia tan linda como la que ustedes tuvieron”, y unidos todos los misioneros, rezaron juntos la oración por la misión”.

Homilía de Monseñor Carlos Godoy

En su mensaje el obispo de Osorno dijo que existen dos diferencias diametralmente opuestas entre la autoridad de los Fariseos y Escribas, con la autoridad y el liderazgo de Jesús: la palabra del Señor va profundamente unida a su acción, y Jesús está consciente de que su autoridad, su liderazgo le viene del Padre.

Señaló que los primeros no cumplían las normas establecidas en la Torá, pero les exigían a los demás que las cumplieran, sin embargo “en Jesús la palabra va profundamente unida a la acción, no hay dicotomía entre su fe y su vida, su fe y modo de comportarse. Podríamos decir que Jesús es profundamente consecuente”.

Continuó su prédica: “¿Cuál es el liderazgo que hoy día se valora especialmente? El liderazgo que se compromete también con el grupo que se lidera. El liderazgo que más se valora es el del jefe que está con sus trabajadores, trabajando”, y añadió que es “un liderazgo horizontal, que se pone codo a codo con el otro para favorecer un proyecto común”.

Destacó entonces que en las misiones “cuando uno ve a un líder o a un encargado trabajando con los chiquillos también pintando o ensuciándose, en el fondo eso es lo que se valora, y es por eso que se valora tanto la autoridad de Jesús porque en Él no se da la distancia entre lo que dice y lo que hace. Siempre el Señor va a refrendar su palabra, su enseñanza con su acción, y su acción va a llegar a tanto que incluso dará su vida por nosotros, proyectándonos un camino de servicio y de donación de sí mismo”.

“Por eso que el liderazgo y la autoridad de Jesús nos pueden ayudar tanto a crecer. Ahora, junto con ello, Jesús es consciente que su autoridad le viene del Padre: Todo me ha sido dado por el Padre, y Dios lo ha ungido para anunciar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar un tiempo de gracia del Señor”, aseguró el obispo de Osorno.

Como síntesis de esta semana, agregó que “pensar que estos dos rasgos de la autoridad de Jesús, perfectamente pueden ser los rasgos que nos ayuden a profundizar en nuestra experiencia de misión. Un misionero, un cristiano que ha vivido una experiencia tan potente y fecunda de misión, debiese tratar de prolongar esa misión en la propia manera de vivir”.

“Con propiedad entonces debiésemos decir: ahora comienza la misión en tu casa, con tus amigos, en tus estudios, en el DUOC, ahí comienza la misión verdadera, ahí es donde se demuestra de verdad si hemos sido tocados por Jesús, si en verdad estamos enamorados del Señor, si en verdad nos hemos sentido llamados, invitados por Él a ser parte de su proyecto, y por otro lado confiar en que Dios nos va a dar la fuerza”, enfatizó.

Instó a los jóvenes a que “no lo abandonen, y permanezcan siempre unidos a Él, que ciertamente hará cosas grandes en ustedes, como lo decía el cántico de Ana (Sam 1, 9-20) en esta Eucaristía, así como lo hizo en el corazón de ella, también lo puede hacer en el corazón de cada uno de ustedes. Sigámosle dándole gracias al Señor por la experiencia vivida durante esta semana y pidámosle que nos ayude a ser auténticos discípulos misioneros”.