Después de la procesión de entrada en la Catedral San Mateo Apóstol, este jueves 8 de febrero, la consejera regional, Andrea Iturriaga destacó las cualidades empresariales del exmandatario, su faceta paternal en su familia, y en su rol de liderazgo en lo político, y resaltó tres grandes hitos que administró durante los dos períodos presidenciales que ejerció en Chile: el terremoto y Tsunami del 2010, la crisis del estallido social y posterior pandemia, además del hecho histórico del rescate de los 33 mineros atrapados en la mina San José, en Caldera.

A la celebración Eucarística asistieron las más altas autoridades de la provincia osornina: Delegada Presidencial de la Provincia de Osorno, Claudia Pailalef Montiel; el alcalde la ciudad de Osorno, Emeterio Carrillo; el alcalde la comuna de San Pablo, Juan Carlos Soto Caucau; algunos consejeros regionales: Andrea Iturriaga, Alexis Casanova; concejales de capital provincial y representantes de diversos partidos políticos.

También concelebraron el Banquete Eucarístico el Vicario General, padre Cristian Cárdenas Aguilar; el Vicario Pastoral, presbítero Américo Vidal Yáñez; el padre Juan Aros Fica, Capellán Militar del Ejército; y el padre Bernardo Berth Wallmeier.

Al iniciar su mensaje, el obispo Carlos saludó a los presentes y dijo que siempre la muerte nos desconcierta “porque nos arrebata a la persona que hemos amado, cuando se trata de un ser querido, y más aún cuando esa muerte ocurre tan repentinamente, de forma tan trágica como ha sucedido con el expresidente Piñera”.

“La muerte es violenta, lastima, hiere, y deja un vacío insospechado, se suceden un cumulo de sentimientos que no es fácil de ingerir y procesar, se necesita tiempo, a veces mucho, para comprender mejor esta experiencia de arrebato tan fuerte. Así estamos con la partida del presidente Piñera, no ocultamos la pena ante el dolor y la frustración que ha producido su partida tan repentina”, agregó.

También señaló que el Señor, al igual que con Marta y María frente al dolor de haber perdido a su hermano Lázaro, se coloca a nuestro nivel de “criaturas débiles, pequeñas, incapaces de comprender su plan, necesitadas de la iluminación del Espíritu Santo para dejar que nuestro corazón sea conquistado por la esperanza que nace de la Palabra de Jesús: Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mí, nunca morirá”.

Aseveró que a la luz de la Palabra de Dios, se pueden señalar algunas certezas: primero, “nuestro seres queridos no se han ido del todo, siguen presentes sus recuerdos, sus rutinas, sus gestos e historias, siguen presentes su formas y maneras de enfrentar la vida y los desafíos que se desprenden de ella, siguen presentes sus sonrisas, sus energías, sus capacidades, el bien que hicieron y la fatigosa entrega a los demás, son esas y muchas cosas más, las que quedan de los hombres y mujeres buenos”.

“Segunda certeza, ellos viven en cada uno de los suyos. El expresidente seguirá viviendo en el corazón de sus hijos, de sus nietos, especialmente en el corazón de su querida esposa, seguirá viviendo en el corazón de tantos y tantas que confiaron en él para conducir al país en momentos cruciales de su historia. Don Sebastián podrá partir con la satisfacción de haber construido una linda familia”, añadió el obispo de Osorno.

En la tercera certeza, dijo que el expresidente “sigue viviendo en el corazón de Dios. es cierto que Marta en el evangelio de hoy expresa sus dudas hasta el último momento, pero Jesús le anuncia que la fe tiene como premio la vida eterna. El experimentar a un Dios que salva y que hace vivir para siempre; Sebastián no ha muerto para siempre, la tumba no es su último destino, las flores que le cubren perderán su aroma, se marchitarán, para ellas pronto llegará el final total, pero ese no es el presente ni el futuro del expresidente”.

“El Evangelio dice que Marta y María salen al encuentro del Señor al enterarse de su presencia, la verdad es que luego comprenderán, que es Él quien ha salido primero a su encuentro para abrazarlas en su dolor. De una manera semejante Jesús quiere salir al encuentro de nuestra pena y transformarla en su corazón lleno de ternura, en fortaleza”, añadió, y al finalizar su homilía agregó: señor presidente Piñera, descanse en paz”.