Hasta los salones de la Catedral San Mateo Apóstol llegaron representantes de comunidades parroquiales, movimientos, colegios confesionales y áreas pastorales de la Diócesis de Osorno, para conocer el funcionamiento de esta instancia que quiere generar un espacio de trabajo sinodal entre los agentes pastorales de la Diócesis para desarrollar una mayor capacidad de escucha, espiritualidad, participación, comunión y gestión pastoral.

Antes de iniciar dicho encuentro, los asistentes vivieron la Santa Misa que presidió el Vicario Pastoral, padre Américo Vidal, en la capilla lateral del Templo Mayor de la Iglesia diocesana. Allí, en su homilía el presbítero dijo que la “súplica es que nosotros siempre le creamos al Hijo de Dios: Jesús, que nos mueve con su Espíritu en esta mañana. Que el Señor nos ayude en esta jornada para, al igual que María Magdalena y tantos otros, seguir anunciándolo en esta Misión en salida”.

Luego de festejar el Banquete Eucarístico, en los salones parroquiales, Juan Muñoz presentó el organigrama de la Diócesis de Osorno y explicó qué es un decanato y mencionó ordenadamente a cada una de las parroquias que los integran en el Centro, en Rahue, en la Cordillera y en la Costa. También nombró a los sacerdotes que se encuentran asumiendo el rol del Decano en cada uno de ellos.

Inmediatamente después, la hermana Mónica Fabiana Dagorret se encargo de desarrollar el tema de la Centralidad de Jesucristo, donde los presentes escucharon atentos y participaron activamente exponiendo sus opiniones, sus inquietudes. Inmediatamente después, el Vicario Pastoral también explicó la Misión Sectorial que se realizará en diversos momentos del año, donde convocó además a los misioneros permanentes a participar del encuentro que está programado para el próximo sábado 13 de abril, de 9 a 12.30 horas en los mismos salones parroquiales.

También hasta este primer encuentro de la Pastoral Orgánica llegó el obispo de Osorno, Carlos Godoy Labraña, para saludar a los presentes y animarlos en la “misión que tienen de dar testimonio de Jesús, primero en el lugar en que cada uno vive, con su familia, con sus vecinos, en fin, y luego también con la misión que tenemos como agentes pastorales en los lugares que nos toca compartir la Palabra de Dios y compartir la vida con las personas”.

“Creo que la misión que vivimos (enero 2024) fue muy enriquecedora y creo que eso va a tener consecuencias que no somos capaces de hoy día medir gracias a Dios, porque en realidad si no somos capaces de medir las consecuencias que tenga la Misión Diocesana, es porque comprendemos que el Espíritu Santo es el que va a ofrecerle eficacia adecuada a la misión que estamos desarrollando”, añadió.

Lo importante, continuó el obispo, “es que nosotros lo hagamos y que salgamos y que podamos irnos perfilando cada vez más en una Iglesia en salida, como bien insiste el Papa Francisco”.