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En Domingo de la Divina Misericordia del Señor

Con tradicional visita a enfermos se vivió hermosa Fiesta de Cuasimodo

Domingo 07 de Abril, 2024

¡Viva Jesucristo! ¡Viva Cristo Sacramentado! fueron algunos de los vítores que se escucharon a lo largo de la Corrida Cuasimodista, en Rahue Alto Norte, donde fueron visitados alrededor de cuarenta hogares.

La celebración se inició con la alegría de festejar la Santa Misa a la chilena en la parroquia dedicada al Espíritu Santo que presidió el obispo Carlos Godoy Labraña, y concelebró el párroco de dicha comunidad, padre Juan Pablo Wewo, misionero del Verbo Divino.

Al finalizar el Banquete Eucarístico, el Pastor de la Iglesia osornina bendijo a los jinetes, junto a sus caballos que, antecedidos por vehículos motorizados, bicicletas y algunos feligreses de a pie, acompañaron esta “Corrida detrás de Cristo”, durante la cual recibieron a Jesús Eucaristía alrededor de cuarenta hermanas y hermanos que por alguna enfermedad no pueden asistir a la Santa Misa.

La comunidad en todo el recorrido, al sonido de los vítores, de las campanillas y los cantos, anunciaron la presencia del Señor en cada sector, en que niños, jóvenes y adultos, hombres y mujeres, recibieron al Santísimo Sacramento de manos del obispo Carlos, quien además bendijo los hogares de cada uno de ellos.

Homilía del obispo Carlos Godoy

Al iniciar su mensaje, el líder de la Iglesia de Osorno saludó a las autoridades presentes, y se refirió a los inicios de la Fiesta de Cuasimodo que se “remonta a los albores de la Colonia” en Chile, y dijo que esta celebración se aplicó en el Concilio de Trento, el cual mandaba “comulgar por lo menos una vez al año. Antiguamente se decía: por Pascua de Resurrección”.

Añadió que “no pudiendo los enfermos asistir a la Iglesia para la celebración de la Pascua, el sacerdote comenzó a ir a las casas para visitarlos, llevándoles el Santísimo Sacramento para que pudieran cumplir con el mandato”, sin embargo, hubo que comenzar a acompañar al consagrado, debido a los asaltos que había, puesto que antes se portaba al Señor Eucaristía en vasos o copones de material noble, como el oro o plata.

“Así es como nace el Cuasimodo, nacen los jinetes que van acompañando, van corriendo tras de Cristo, del Señor, y de ahí que nos viene esa frase que se acuñó desde la Colonia: Correr a Cristo, Correr detrás de Cristo”, aseguró el obispo Carlos y compartió con los presentes que él es oriundo de la comuna de Colina, donde nació el Cuasimodo en nuestro país.

Continuó su mensaje y dijo que este segundo domingo de Pascua y la Fiesta de Cuasimodo “nos remiten una vez más al Resucitado y al testimonio del inmenso amor de Dios por nosotros”. También destacó que Jesús se les apareció tres veces a los discípulos para darles su paz desde el día de su Resurrección, cuando no estaba Tomás con ellos, y él expresó que no creería “si no meto mis dedos en las llagas del Señor y mi mano en su costado”, y ocho días después, cuando este discípulo, luego de constatar la Resurrección de Cristo, le dijo “Señor mío y Dios mío”.

“Es al contacto con las heridas de Jesús, donde despunta la fe de los discípulos, y sobre todo de aquellos que seguían teniendo dudas, que todavía les cuesta asimilar la presencia resucitada de Jesucristo, y es probable que a nosotros nos pase un poco lo mismo”, aseguró el obispo de la Diócesis de Osorno.

Explicó que no siempre “tenemos claridad acerca de la presencia de Dios en aquellos acontecimientos que nos cuesta digerir y que nos cuesta vivenciar, por ejemplo, cuando no lo estamos pasando bien cuando estamos experimentando el dolor. Cuando estamos experimentando la enfermedad, la pobreza o la tristeza, son los momentos en los cuales podemos encontrarnos con Cristo Resucitado, a través de sus llagas, como lo dice el profeta Isaías: ´en sus heridas nosotros somos curados´”.

Invitó finalmente a la asamblea a “renovar nuestra fe en el Resucitado y pongamos toda nuestra confianza, toda nuestra vida, especialmente nuestras vivencias más dolorosas en el corazón de Cristo, de manera que puedan ser transformadas también en gracia y en oportunidad de crecimiento y fortaleza interior”.

 

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