Los nuevos purpurados son: el Secretario del Sínodo de Obispos, el maltés Mario Grech, y el italiano Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, ambos pertenecientes a la Curia Romana. También el arzobispo de Kigali, Rwanda, Antoine Kambanda; el arzobispo de Washington, EE.UU., Wilton Gregory; el arzobispo de Capiz, Filipinas, José Fuerte Advincula; el arzobispo de Santiago, Chile, Celestino Aós Braco; el vicario apostólico de Brunei, Cornelius Sim; el arzobispo de Siena, Italia, Augusto Paolo Lojudice y el actual Custodio del Sagrado Convento de Asís, el Padre Mauro Gambetti.

"Recemos por los nuevos cardenales, para que confirmando su adhesión a Cristo, me ayuden en mi ministerio de Obispo de Roma para el bien de todo el santo Pueblo de Dios", pidió el Papa Francisco.

Ángelus: el doble mandamiento del amor resume toda la ley de Dios

El amor a Dios es el mandamiento principal de toda la ley divina, lo que es inseparable del amor al prójimo, fue el tema central de la oración que el Santo Padre reflexionó ante cientos de fieles en esta jornada.

“Esta es una de las principales novedades de la enseñanza de Jesús y que nos hace entender, que no es verdadero amor de Dios el que no se expresa en el amor al prójimo”, aseguró el Papa Francisco al reflexionar el texto de Mateo 22,34-40.

Cristo dice que de estos dos “mandamientos depende toda la ley y los profetas, esto significa que todos los preceptos que el Señor ha dado a su pueblo deben ser puesto en relación con el amor de Dios y del prójimo. De hecho, todos los mandamientos sirven para expresar ese doble amor indivisible”, añadió el obispo de Roma.

“La intercesión de María santísima nos abra el corazón para acoger el gran mandamiento, el doble mandamiento del amor, que resume toda la ley de Dios y de la que depende nuestra salvación”, agregó.